Silencio que
invadiendo lo recóndito de mi yo,
me ahoga.
Calma que no es serenidad,
grita pugnando escaparse,
araña mi garganta
provocando un estallido.
Estampidas de mutismo
me intimidan,
un alud de sigilo se
interpone y me detiene.
Algo el umbral de mi puerta me paraliza,
es una sombra, un
torbellino que me ensordece,
anula mi voluntad y me
lanza a la nada.
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