El recién pasado 30 de abril, el mundo celebró el
Día Internacional del Jazz, muchos países se sumaron por primera vez a este
festejo tardío en su creación, si
tomamos en cuenta de que se trata de un ritmo arraigado en el gusto de grandes
poblaciones, desde hace casi dos siglos.
El Jazz es una música mestiza que nace de una fusión
entre ritmos africanos y europeos,
Estados Unidos en los inicios del siglo XVII y las plantaciones de algodón,
merecen una mención especial en la historia del Jazz, ya que fue allí cuando
comenzó a producirse la unión de los ritmos de los obreros africanos con la
música clásica y folclórica de los propietarios blancos.
La religión tuvo también una parte importante en el
nacimiento del Jazz, ya que los esclavos al asimilar el Cristianismo, asistían
a la iglesia y entonaban salmos que con su raíz africana y la armonía europea,
creó lo que en la iglesia era el Gospel y en las calles y plantaciones, Blues,
una música tristona característica del estado melancólico en que vivían sumidos
los esclavos debido a la segregación a que estaban sometidos.
Los cantantes dicen que el blues, más que tristeza
lo que expresa es “sentimiento”, (Blues is a feeling).
En 1865, tras la guerra de secesión los esclavos son
declarados libres, por ese tiempo, ganaba popularidad un estilo musical nacido
en Saint Louis en 1870, era el ragtime, no era Jazz, pero se le parecía en algo.
El Jazz como le conocemos hoy en día, empieza a
nacer a finales del siglo XIX, en Nueva Orleáns, ciudad donde solían acompañar
los funerales de manera pausada y triste cuando iban al cementerio, aunque al
volver, con la misma música que interpretaban las bandas, la gente bailaba
tras los músicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario