Llegaba la noche y caía la sombra,
en el porche quedaba una vieja mecedora
como la constancia de que en un momento,
alguien meció en ella, alguna esperanza.
En medio de todo quedaba una duda,
realidad o hechizo era aquella escena?
Y entre el silencio de la madrugada,
tejería su sueño algún mozalbete
o una muchacha que abría a la vida
el primer capullo.
Mariposa alegre que eleva su vuelo
y tiempo después,
con las alas rotas y mustio el color,
abatida y sola, detiene su vuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario