La vida se esfuma como agua entre los dedos, es tan breve
la estancia que a veces no da tiempo de escribir la lección que se aprende en
el día y nos alcanza la noche eterna sin que ni nosotros mismos hayamos captado
lo que vivimos, si pudo ser mejor o peor si lo hubiéramos hecho de otra
manera.
A veces tejemos la vida entre nubes que se evaporan,
generalmente pasa a los ilusos que hacen de los sueños un estilo de vida que de
tal forma les marca, que llegan a creer que verdaderamente sus fantasías serán
reales.
Después de todo es mejor dejarse poseer de una
hipotética placidez, que pasar por el mundo rebosante de insatisfacciones que nos
impedirán sentirnos sosegados.
Mejor es idealizar los momentos y plasmarlos así, aunque sepamos
dentro de nosotros mismos, que debemos
apurar el paso para hacer realidad la utopía de toda una vida, o al menos
tratar de que algo de esa existencia, pueda realizarse.
Creemos que el poema más emocionante lo escribimos
junto o cerca de alguien, no importa quien sea, amor al fin y al cabo,
maternal, filial, pasional, pensamos que ya no queda nada más por decir, que lo
hemos dado todo.
No es verdad, siempre queda en nosotros algo que
contar, letras por escribir, algunas quedan aglutinadas entre piel y conciencia,
otras van surgiendo en esos instantes que
surgen sin imaginarnos cómo ha podido suceder algo tan grandioso, o quizás un
encuentro a veces tan real como la vida misma, miradas y roces que marcan,
voces que hacen eco en la conciencia dejando una huella.
Vamos por la vida creyéndonos sus dueños, sin darnos
cuenta de que ella nos manipula, nos regala un tiempo que no titubea en arrancarnos cuando
le da la gana, por ese motivo para nosotros el mañana es solo una palabra con
la cual edificamos una canción, un poema, una excusa, pero jamás estaremos
seguros de que ese mañana llegará.
En muchos queda trunco y ni cuenta nos damos de que
la vida ha mutilado nuestro mañana, por
eso amigos vivamos hoy, disfrutemos ahora, no nos amarguemos por lo que no
tiene remedio, no volvamos la mirada hacia las cosas que carecen de
explicación, si la vida se obstina en raptar el mañana, seamos tramposos y
eternicemos el hoy.
En este lunes por
ejemplo, apresemos la luminosidad de este ocaso, seamos irreverentes y pensemos en todo aquello que secretamente
deseamos sin atrevernos a expresarlo y menos aún a hacerlo realidad, hagámoslo
hoy que mañana no sabremos si podríamos.
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