Ser madre es posiblemente la circunstancia número
uno que coloca a la mujer en la ruta constante de una angustia constante,
siendo al mismo tiempo, el acontecimiento que nos eleva a la cima de una
plenitud que nos hace fuertes hasta en el momento más temible.
Se nos pide mucho y aún sin que se nos demande,
damos a manos llenas, no existe nada de lo que no seamos capaces por los hijos,
de esa entrega y capacidad de amar y soportar, solo una madre es capaz.
La celebración de días especiales es una moda que
cada día se acrecienta, se festejan cosas sencillas, sin importancia, se han
tomado en cuenta además, circunstancias tan profundas como la madre que hoy nos
ocupa, el día es lo de menos, lo que debería primar es la consideración y
respeto sobre todo que se debe a la mujer que nos ha engendrado.
Para entenderlo hay que ser mujer y madre, para
saber verdaderamente lo que significan nueve meses de espera, hay que vivirlo,
a veces se nos da la vida en ello y damos más y más con todo el amor del mundo.
Concluyo en que la celebración de un día, solo llena
el protocolo de una institución que tiene como parte de sus deberes,
precisamente reseñar la importancia de ciertos quehaceres y obras y dedicarle
un día especial, el “trabajo” de ser madre sin embargo, es eterno.
Por todo esto y muchas cosas más que no se han
dicho, ni acabarán por ser dichas jamás, felicito hoy a todas las madres con
una dedicación especial a las madres que habitan en Estados Unidos de América,
lugar donde confluyen tantas razas, madres que celebrarán dos veces en mayo “su
día”, porque festejarán el de sus países de origen y el de la tierra que les
acoge.
Sean felices, vivan este hoy y disfrútenlo en
grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario