A su
paso sembraba caracolas
que en
su concha escribían su secreto.
Inerte
casi, nada le detenía,
caminaba
de la tiniebla, hacia la luz.
Así como maduran las uvas, caen mis letras plasmando la esencia de mi verdad más profunda. Empecé a soñar donde el cactus es una piedra más del camino y reverbera el sol, donde la noche se irradia de estrellas que se reflejan sobre la blancura de los jazmines que pueblan mis recuerdos. Soy un latido de una ciudad que es un corazón. Dos cielos me cubren, el propio y el de Sevilla, ciudad pasión y melodía.
Ese es el camino: de la tiniebla a la luz. Esperemos que el año nuevo sea el año de la luz, del final del tunel, aunque vaticinan que no. Te deseo mucha luz y mucha calma en 2013. Besos cordiales.
ResponderEliminarRefrescante, como siempre... Felicidades, y feliz año de luz!!!
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