Asiduos visitantes del verano,
una playa perdida entre palmeras.
Una alfombra de arena,
el olor de la sal desatado en la piel
dos cuerpos bajo el sol,
dos siluetas metidas en la luna.
Competíamos con las olas
amándonos sin freno entre pompas de espuma.
Después el naufragio,
la sombra y el olvido,
hasta que en otro sol, otra luna, otra playa,
renacíamos.
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