Cuando vuelvas,
cuando al fin tu mirada
se hastíe de buscar en otros
cielos,
te enterarás entonces
de que otras vidas se quedaron
perdidas
y que tras tu partida,
cabalgó la existencia
y tú ni te enterabas.
Así como maduran las uvas, caen mis letras plasmando la esencia de mi verdad más profunda. Empecé a soñar donde el cactus es una piedra más del camino y reverbera el sol, donde la noche se irradia de estrellas que se reflejan sobre la blancura de los jazmines que pueblan mis recuerdos. Soy un latido de una ciudad que es un corazón. Dos cielos me cubren, el propio y el de Sevilla, ciudad pasión y melodía.
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