Aquella despedida no
fue un simple hasta luego,
fue un adiós que a
conciencia nos dijimos.
Porque así tenía que
ser,
amar es otra cosa,
amar es darse todo y si
algo queda, dárselo también.
Siempre habrá alguien
a quien decir adiós,
El amor cuando llega,
lo hace sin avisar,
sin tocar puerta.
No me obligues a
amarte, no podría
porque mi corazón se niega
a estallar ante el tuyo de emoción.
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