La tarde acribillada
de nostalgia,
cuasi llora, cuasi
escapa,
desleída entre rosa y violeta,
envuelta en nubes, aireada de sol,
le espera el
crepúsculo aletargado de penumbras
y la tarde huye de las
sombras,
teme rendirse a los
brazos de la noche,
que exprime su último destello
de luz y la deja en silueta.
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