Perdida en la calle del amor lejano,
mis pies sangrantes
arrasaban las piedras del camino,
laberintos, flores falsas que al tocar
se esfumaban.
Navegué noche y día,
dejaba en cada esquina una ilusión,
en los recodos, la esperanza,
bajo las falsas flores,
sembraba una semilla de cansancio.
Así son los caminos de amores perdidos,
lejanos y sombríos,
puros espejismos.
Pero tienen fin, una noche llegas a puerto y el pasado ya no puede alcanzarte.
ResponderEliminarPero el tiempo termina por curarlos cuando renace en el corazón otro amor. Un abrazo Miuris,
ResponderEliminarNo creas que son ilusorios, siempre queda algo que nunca consigue olvidarse. Cuando se olvida es que no eran auténticos amores.
ResponderEliminarUn beso