Mi límite,
el infinito,
mi techo,
el cielo,
mi lecho,
la tierra,
mis ansias,
libertad,
mi universo,
esperanza,
mi credo,
la verdad.
Así como maduran las uvas, caen mis letras plasmando la esencia de mi verdad más profunda. Empecé a soñar donde el cactus es una piedra más del camino y reverbera el sol, donde la noche se irradia de estrellas que se reflejan sobre la blancura de los jazmines que pueblan mis recuerdos. Soy un latido de una ciudad que es un corazón. Dos cielos me cubren, el propio y el de Sevilla, ciudad pasión y melodía.
Me ha gustado tu credo,muy lindo Miuris...Besos
ResponderEliminarAntes y después de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Carmen, felices sueños.
ResponderEliminarCon ese predicamento te auguro lo mejor.
ResponderEliminarOjalá todos mirásemos en esa dirección,
Un abrazo
Esperanzador querida amiga, tus palabras tienen mucha fuerza. Un fuerte abrazo
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