Quiéreme siempre,
aunque me marche lejos,
aunque no vuelva,
piensa en mi siempre,
espérame, hasta que la noche
transformada en estrella,
me devuelva a mi cauce.
Búscame en la luna,
en el mar, en el azul del cielo,
en la montaña,
en la luz reflejada en la corriente.
Ámame sin pensar
si estoy, si voy o vengo,
sin importar si soy luz o soy sombra.
Espérame hasta que vuelva
y si no vuelvo,
sigue esperando,
te llegará un día,
aroma de mi esencia,
que dejé en el camino para darte.
Muy hermoso, Dios está en todas partes y su esencia nos cubre, no nos ceguemos y aprendamos a descrubrirlo.
ResponderEliminarGracias por compartir tus letras.
Saludos afectuosos.
Muchas gracias Leo, Dios está en todas partes, que Él nos bendiga a todos.
ResponderEliminarAbrazos amiga
Todo dicho.. todo abrazos...
ResponderEliminarwww.juandisante@blogspot.com