“Nosotros las tomamos, otros se curan”
Era noche cerrada ya y llovía sobre Sevilla, me detuve en una farmacia porque sentía un dolor físico que me obligaba a buscar alternativas, mientras me atendían, ví la cajita roja, sentí un llamado hacia el nombre que me sobrecogió: Pastillas Contra el Dolor Ajeno, me acerqué y toqué el envase, pero en seguida la farmacéutica me entregó lo que pedí, miré por el cristal, era una de esas noches que en que una se siente tan mal, que no alcanza a discernir mucho, esperaban por mi en la calle apretujada de coches, solté la cajita y me marché.
Quedó en mi mente este recuerdo: Pastillas contra el dolor ajeno, de que se trataría?
Empecé a investigar en Internet y encontré un arsenal de informaciones acerca de estas pastillas prodigiosas.
Se involucra en el proyecto, Médicos Sin Fronteras, todos sabemos de lo que se trata esta institución que se hace presente donde quiera que el dolor y la tragedia hacen su aparición.
Las pastillas valen apenas un euro, son seis deliciosos caramelos de eucalipto, no existe en ninguna parte del mundo mejor medicina para el dolor ajeno, ellas salvan vidas, son un aliento para la humanidad, al conocerlas, he sentido y creído que somos mejores seres humanos, que hacemos algo por los que no pueden salvarse solos, por esos enfermos olvidados y abandonados por casi todos.
Cada dia mueren 8 mil personas a causa de enfermedades que pueden curarse, ayúdanos a tratar a miles de enfermos olvidados
Tres meses después del lanzamiento de la campaña Pastillas contra el dolor ajeno y gracias a la colaboración de la sociedad española, más de tres millones de cajas se han vendido.
Con esos ingresos, muchos enfermos han logrado curación.
En el primer mundo, si te duele algo hay pastillas para mitigar casi cualquier dolor. Pero... ¿qué pasa si lo que te duele es el dolor ajeno, el dolor de los que no tienen pastillas para curar su sufrimiento?
¿No es genial, que nosotros que tenemos pastillas de casi todo, podamos tomarnos una para calmar el dolor de los que no tienen?
Quienes tenemos la potestad de comprar un analgésico para curarnos una dolencia, podemos considerarnos afortunados, pero que podemos hacer cuando nos duele el dolor ajeno?
Como ayudar a los miles de seres desventurados que revelan en sus rostros el sufrimiento de un dolor? Aunque no lo crea usted, ahora tenemos las pastillas contra el dolor ajeno, con ellas podemos contribuir a que haya menos dolor en el mundo.
Yo ya estoy tomando mis pastillas contra el dolor ajeno, hágalo usted y verá que bien se siente.
Por los que sufren, por los que padecen dolores y carecen de recursos, por usted, por su conciencia, tome las pastillas contra el dolor ajeno.
Hola querida Miuris, que falta hacia de que nos tomasemos mas pastillas de esas del dolor ageno, que es tan grande y esta tan extendido por el mundo, todos podrimos tomarnos una cajita de esas todos los dias, pues no tienen contraindicaciones, pero tambien hay mucha gente que podrian tomarse verdaderas toneladas de ese medicamento, en vez de estar predicando lo que ellos mismos no creen, y me refiero a politicos y relijiosos. Un abrazo y cuenta que siempre estare a tu lado en todas esas luchas tan justas.
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