Ese
tumulto de emociones llamado pasión, a veces confundido con el amor, es una
circunstancia que casi siempre acompaña al amor, pero que no debe confundirse
con este, ya que si en verdad la pasión es necesaria, no es menos cierto, que
ambos se complementan y que amor sin
pasión, es como un una flor sin aroma, pero basar una relación solo en
ella, (la pasión), es condenarla al fracaso.
Cuanta
permanencia tiene esa pasión arrolladora que nos hace vivir al rojo vivo? Lo
esencial sería que no muriera nunca, pero lo verdaderamente real es que a
medida que crece y se desarrolla el amor, en la cotidianidad de la vida, la
pasión se va apaciguando dando paso a su vez a una situación de ternura,
serenidad y complicidad que une a la pareja.
La pasión
es una motivación irreductible, algo que nos impulsa a una necesidad biológica
tan normal como la vida misma. Se une siempre al impulso sexual, pero no
necesariamente lo es, ya que el anhelo de satisfacción sexual y pasión, cada
una ocupa un espacio diferente en el cerebro humano.
Casi
siempre, con el paso de los días y meses, la pasión inicia su declive y va
tomando su lugar un amor más calmado, hay parejas sin embargo donde la pasión
es una constante en su relación y por pasión entiéndase el deseo de hacer cosas
juntos, de disfrutar al máximo hasta de las cosas más sencillas.
Es normal
que aquellas emociones profundas y vehementes, se diluyan y que las miradas de
fuego, den paso a una mirada dulce y a un sentimiento de calma y seguridad.
Pero
cuidado! Cuando en una pareja solo existe frío, es porque el amor está
muriendo, sería un sacrilegio dejar que muera una relación, por dejarse atrapar
entre la rutina.
Quienes
así procedan se perderán una de las partes más gratificantes de esta vida
efímera, que terminará cuando menos lo esperemos, dejando a cada cual solo las
emociones y satisfacciones que hayan acumulado.
Ojalá
pudiéramos ser capaces de mantener enlazados amor y pasión, no importando ni la
edad, ni el tiempo que lleven juntos.
Seguro que si logramos alcanzar esa condición, todos seríamos más felices en San Valentín.
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