La renuncia del papa Benedicto
XVI, ha sido sorpresiva y por consiguiente la reacción a nivel mundial, no deja
lugar a dudas de que efectivamente, tal vez nadie se esperaba este
acontecimiento que revoluciona no solo a la Iglesia Católica, sino a la
humanidad.
El Pontífice “ya no tiene fuerzas”
para continuar un ministerio que mina sus fuerzas y que según adujo, es lo que
le obligó a renunciar.
Es posible que el papa se sienta agotado, 85 años es una edad suficiente y razonable para estarlo, arribó a la corona papal con 78 años, el tiempo al pasar va marcando de diversas maneras y evidentemente el papa está marcado por el “cansancio” del trabajo y estar cansado a su edad, es absolutamente lógico.
El Vaticano subrayó este lunes que
no existe una condición médica específica que haya provocado la decisión de
Benedicto XVI de convertirse en el primer pontífice en renunciar en 600 años.
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