Te vas al fin,
mil veces te lo dije,
otras tantas grité que te marcharas,
y tu permanecías terco,
con tu flemática frialdad.
Ahora empiezo a sentir tu ausencia
y me gusta,
ya no hielas mi cama con tu frialdad de nieve
y aunque algo de ti, permanezca todavía,
en mi vida muy pronto, ni recuerdo serás.
Acaba ya de irte,
agarra tu equipaje y vete ya,
Hazlo antes de que la primavera te destruya,
con un misil de sol, derritiendo tu insolencia
de imponerte y envolver a mi cuerpo,
hasta hacerme temblar.
Márchate ya invierno!
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