Arráncame la vida
y en la tuya, encarcela mi existencia,
cruza ya esa barrera,
te lo estoy suplicando,
no sabes lo que pierdes
con tu espera.
Subamos a esa barca
y al océano inmenso hagamos testigo
de esta pasión ardiente que encerramos.
No te niegues,
estoy llamando a tu puerta,
tengo blancos los nudillos
y tu sigues sordo y mudo.
Traspasa ya el umbral de mi universo,
comparte esta vendimia,
mira como las vides revientan de dulzor,
tengo sed, exprime el vino,
viértelo en una sola copa compartida,
tuya y mía.
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