Casi irreverente,
insolente y rebelde
imploro redención
confesando que hay días
en que duele la existencia
momentos en que nos sentimos seres diminutos
impotentes,
implorando al cielo, conservar la fe.
Pretendiendo mirar en cada rostro,
la mirada piadosa de Jesús
y aferrarnos a ella
como una barra ardiente
que destila una llama
que necesitamos que nos caliente el cuerpo,
para recuperar la cordura
que escapó estremecida
a romper cadenas,
cruzar caminos prohibidos
desafiar adversidades.
Hay días en que necesitamos
sentirnos hijos mimados de Dios.
Que lindo . lo que nos regalas, son sentimientos puros. siempre se siente una necesitad en nuestra alma, en mis momentos de dolor digo casi todos los dias, siento tanta necesitad de la compania de Dios que me de un abrazo, y me regale su mirada.
ResponderEliminarme ha gustado tanto este escrito..
Gracias por tus palabras. me encanta este lugar siempre leo escritos importantes e interesantes. y siempre me llevo algo en mi corazon. de todos los sitos recojo algo que se queda en mi.
besitos y gracias por tus lindos escritos.
A proposito creo haber venido antes, y veia caer unas uvas deliciosas donde estan? no las vi esta vez. espero poder verlas.
ResponderEliminarle dan un toque unico y especial a este blog..
besitos
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Muchas gracias amiga, en verdad tus palabras son como una lluvia en el silencio de una noche calurosa, así se sienten como un bálsamo.
ResponderEliminarLa uvas? Pues me las he comido!!!!
No, las uvas, como bien dices, son el sello distintivo de estas vendimias, siguen cayendo, si las viste será por algún problema de Blogger, pero en este momento en que te escribo, las veo caer, te mando las mas hermosas como un regalo a tu maravillosa lluvia en el silencio.
Abrazos