Me escuece el alma,
el agua no calma mi sed,
el frío cala mis huesos,
no hay manta que me caliente.
Tengo hambre de milagros,
ansias de acaparar fe,
anhelos de resplandor,
avidez de sosegarme.
Quiero alcanzar la aquiescencia
para desplegar mis alas
y remendar su rotura,
elevarme a las alturas y volar
libre el espíritu,
de esperanza saturado,
sin miedos, fríos,
sed, ni resquemores.
Amor por una vida plena.
ResponderEliminarMe encantó este vuelo hacia la Plenitud. Un abrazo, Miuris. Bello poema.
ResponderEliminarNo es avaricia, simplemente deseas lo que cualquier de nosotros desearía: un espíritu libre lleno de esperanzas.
ResponderEliminarUn abrazo, querida amiga.
Vuelo libreo, es un planeo sin ataduras ni dobleces, la sensación de libertad total. Me gusto, Miuris, Besos.
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