Olvidé
que el cielo no es azul
y tal vez ni exista,
que
las flores se marchitan,
que se
esfuma su aroma.
Y de
tanto olvidar,
Olvidé
que el amor,
también
se olvida.
Así como maduran las uvas, caen mis letras plasmando la esencia de mi verdad más profunda. Empecé a soñar donde el cactus es una piedra más del camino y reverbera el sol, donde la noche se irradia de estrellas que se reflejan sobre la blancura de los jazmines que pueblan mis recuerdos. Soy un latido de una ciudad que es un corazón. Dos cielos me cubren, el propio y el de Sevilla, ciudad pasión y melodía.
Miuris. El amor, el verdadero amor nunca se olvida y si se olvida no es amor. Las flores se marchitan, pero siempre habrá una mano temblorosa de emoción que las recoja y las mande al viento hasta que lleguen al ser amado, aunque sea furtivo, imposible, lejano. Como saber, amor, que me escuchas? que mis flores llegan hasta ti? y se mecen en tu pecho amorosas,inesperadas?
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