Plantamos un jardín
¿recuerdas?
sembramos un rosal que segábamos
cada primavera,
de aquel edén no queda nada
hasta los pétalos de aquella
rosa
que al cortar nos hirió
haciéndonos sangrar
y que guardaba entre las
páginas de un libro
tristes y mustias
se disiparon misteriosamente.
Hoy ni jardín ni rosas
tampoco primaveras
solo el
viento helado del invierno habita en los
dos.
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