En la tibieza de una tarde de otoño,
en el azul del cielo que se dibuja en el mar,
en la bravura de la ola
y en la quietud del lago en calma.
En todas partes dejábamos una señal de besos.
las piedras del camino nos marcaban
la rosa que cortamos, nos clavó su espina,
y tú y yo, rodeados, pero solos,
tu mirada metida entre mis ojos
y mi boca, sin querer desprenderse de la tuya.
De la tierra subíamos al cielo,
de la luna hasta el mar nos deslizamos
y en la ruta del beso nos perdimos.
Entré al blog de Fibo, para ver si tenía algo nuevo y no ví nada, así es que aprovechando el "paseo" me asomé a algunos blogs de gente que comentaba y caí aquí. Me han encantado tus versos.
ResponderEliminarUn saludo.
Joker