Cada día, algo en nosotros se pierde,
alguien nos hiere, alguien nos ama
y a diario,
surgen nuevas razones
para querer perdernos, o continuar luchando.
La vida en sus caminos va dejando
cual inmenso rosario,
una larga cadena donde confluyen
la risa, la esperanza, bailan en la mirada lágrimas
compitiendo con miles de motivos,
Equilibrio inexacto, barullo de sorpresas, sentimientos.
Noche y día,
eslabones del tiempo por donde transitan sombras y luces
que como una película se proyectan cuerpo a cuerpo con la vida.
Misma vida que quita y da motivos,
vida que truena impetuosa, o que acalla latidos,
de la misma manera,
que hace brotar nuevos latidos.
Es igual que un jardín en el que cada día,
se abren nuevas corolas, se marchitan pétalos,
cantan jilgueros y faunas diminutas
sucumben inertes sin que nadie lo note.
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