Quimeras que forjé idealizándote,
sueños que poblaban mis noches,
ideas fijas que me perseguían,
tu nombre era mi mundo,
tu camino mi meta,
en un cofre guardaba tanto amor,
que cada día agregaba espacio
y en la noche,
con luz de luna acunaba
tanto amor, tan bello amor
que con él todavía,
lleno mis tiempo,
tantos, tantos sueños,
mañaneros, vespertinos,
nocturnos, subliminales,
impúdicos, atrevidos,
desenfrenados,
rojos, lujuriosos!
blancos, azules, inocentes!
eternos casi, profanos,
libertinos, depravados,
solían despertarme para luego,
caer de nuevo en la inconsciencia
y volver a soñar...
Que laberinto onírico!
¡Y qué maravillosos sueños, Miuris!, los que luego dan lugar a que te explayes con tus versos.
ResponderEliminarMe alegra que te lo hayas pasado ten bien en la Feria.
Un abrazo