Un aleteo me trajo entre la brisa, el rumor de tu voz,
era noche y la luna atrevida y coqueta
rozaba tus cabellos con un rayo de plata.
Me acerqué a la ventana,
tú miraste a lo lejos, yo temblando esperaba.
Caminamos,
yo iba a tu encuentro, tu venías hacia mí,
los dos nos encontramos sin mirar el camino.
Parecíamos volar entre las hojas secas,
y pétalos de rosa que tal vez sin saberlo,
la noche puso allí.
Caímos abrazados, ansiosos,
sin pensar en nada que no fuera
saciar el profundo deseo que a los dos nos quemaba.
Después abrí los ojos,
y entre la penumbra, vi mi cama ordenada,
supe que había soñado!
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