Soy de una tierra
marcada por el sol,
una patria
que la luna dibuja
con pinceles de plata.
Soy hija del océano, del Caribe,
soy ron y azúcar,
mi tierra generosa,
tiene miel en el alma,
abraza y besa al nativo igual al extranjero.
Mi país está herido,
unos malvados lo saquean,
mi gente sufre y llora sin consuelo,
el sol ya no es esperanza,
la noche se ha instalado y todo es sombra.
Don Pedro, ahora si que la tierra,
nuestra tierra es oriunda de la noche,
porque en noche constante la han sumido
las manos despiadadas que igual roban o matan.
Solo nos han dejado
un inadmisible archipiélago
de alcohol desprovisto de azúcar,
inhumana consecuencia de los que hoy,
se adueñan de la tierra,
nuestra tierra.
La verdad, Miuris, una triste realidad que viven los países de américa; centro y sur; por aquí ya están llegando, espero que se los barra antes de que arrasen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y a pesar de todo, alzas la cabeza orgullosa, porque eres de esa tierra.
ResponderEliminarUn abrazo
Si Mariela, es el destino común de nuestros países, unos menos, otros mas, ojalá como dices, sen barridos en tu país antes de que entierren sus raíces, luego es difícil erradicarlos.
ResponderEliminarAbrazos amiga.
Así es Pilar, es lo que nos queda, defender en la medida que podamos y no bajar la cabeza ante el verdugo.
ResponderEliminarAbrazos amiga
Tus palabras tienen mucha fuerza querida amiga, una verdad aplastante que llega al alma
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Gracias Isabel, amiga querida, un gran abrazo
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