Déjame asomar a tu ventana,
permite que mi mar,
moje las grietas profundas
que no te dejan ver la luz.
Penetra mi secreto,
derribemos el muro de silencio
que se levanta y casi toca el cielo.
Soy yo, la de siempre,
que igual que siempre,
te ama.
Así como maduran las uvas, caen mis letras plasmando la esencia de mi verdad más profunda. Empecé a soñar donde el cactus es una piedra más del camino y reverbera el sol, donde la noche se irradia de estrellas que se reflejan sobre la blancura de los jazmines que pueblan mis recuerdos. Soy un latido de una ciudad que es un corazón. Dos cielos me cubren, el propio y el de Sevilla, ciudad pasión y melodía.
Hay que derribar ese muro, así que cañonazos de amor contra él.
ResponderEliminarBesos
Los muros no dejan ver todo,y seguro que hay mucho por ver...BESOS Miuris
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