Ser mujer es la gloria más alta,
pero puede ser a la vez, la peor angustia, ya que a pesar de todo cuanto se
diga, de las banderas de liberación enarboladas y de los logros obtenidos,
algunos evidentes, otros, luchados a puro coraje, pero muy mal compensados, la
mujer camina junto a estigmas de los que no ha podido liberarse.
Cuestiono la algarabía de este
día, la acato sin embargo, lo considero una demagogia de las tantas creadas
para paliar en apariencia terribles deficiencias que tanto en este como en
otros días “especiales”, aparentan
cubrir faltas que necesitan mucho más que charla, un brindis, una flor, un
detalle.
De todos modos felicito a las
mujeres del mundo, dominicanas, españolas, europeas en general, mujeres de
América, doctas en la lucha, guerreras incansables en la casa, en el campo, en
el campo de batalla.
Bendiciones para la mujer madre,
hermana, hija, amiga, novia, amante, muchas que al final del día van dibujando
una huella de cansancio, otras que
humedecen su almohada derramando en llanto impotencia y rebeldía.
Las menos son las felices,
aquellas a las que la vida le ha dado todo, las hace reinas, las colma de
buenaventuras, esas también benditas sean.
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