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domingo, 4 de abril de 2010

¿Sapos?



Investigadores británicos anunciaron que han descubierto un “improbable” aliado en el esfuerzo por pronosticar los terremotos: los sapos.
Los investigadores dijeron haber observado que cinco días antes de un sismo de considerable magnitud, se produjo la huida de una cantidad de sapos de un criadero en Italia, hecho que alertó el olfato de la ciencia, ya que sugiere, según ellos, que los anfibios podrían sentir los cambios ambientales, imperceptibles para los seres humanos, que anticipan un temblor.
Los investigadores estudiaban a los animalitos en el centro de Italia cuando advirtieron que su cantidad disminuía. A los pocos días se produjo un terremoto de magnitud 6.3 causando destrucción y la muerte de centenares de personas en el pueblo de L’Aquila.
Concluyen su anuncio en que puede ser que “los sapos sean capaces de detectar indicios pre sísmicos como la emisión de gases y partículas cargadas y usarlos como una forma de sistema de detección anticipada de terremotos”.
Intrigados por la desaparición de los sapos en medio de la época de celo, los científicos rastrearon la población de los animalitos en los días siguientes.
Hallaron que el 96% de los machos -que superan por mucho a las hembras en los lugares de acoplamiento- abandonaron el lugar, a 74 kilómetros (46 millas) del epicentro del terremoto, cinco días antes del sismo el 6 de abril de 2009.
Tres días antes del temblor, no quedaba ni un sapo en el lugar.
Un día después del terremoto, todos empezaron a regresar”, sin embargo, la cantidad era pequeña comparada con los sapos que inicialmente poblaban el lugar, solo volvieron todos, después de la última réplica.
¿Misterio o ciencia?
Una posibilidad, sería, según los científicos, que los animales sientan un cambio en la cantidad de gas radón emitido por la Tierra debido a la acumulación de presión antes de un temblor.
Los científicos también supusieron que los animales son capaces de detectar sismos menores imperceptibles para los seres humanos, o que sienten señales eléctricas emitidas por las rocas bajo la presión anterior a un terremoto. Maravillas de la ciencia.

Por si “si” o si no, desde ahora saldré a recoger todos los sapos que encuentre, les haré un estanque y serán centinelas en los que tendré fija toda mi atención, por si acaso los viera salir corriendo, detrás de ellos, correré yo.

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¡Brindis!

Esta es la mejor cosecha, el brindis exquisito de las letras.